ALGUN AFORTUNADO DIA
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ALGUN AFORTUNADO
DIA
Del otro lado del mar,
vive una cálida mujer
que no me deja pensar,
dormir, ni parpadear.
Sólo alcanzo a desear
regresar a su lagar,
para su rostro besar
y su silueta acariciar.
Su imagen es mi sal.
Su recuerdo mi mal.
Sueño con poder
algún afortunado día,
su dulce boca poner,
juntito a la mía;
y extasiarme al beber
su aliento sabor a miel
Carlos
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