PANDEMIA 2
PANDEMIA II
Apenas ayer tu voz me envolvía.
Me arropaba como la luz a las mariposas.
Me llevaba a lugares oníricos.
Me transportaba al final del arcoíris.
Hacía de mi dormir un sueño;
y de mi sueño el paraíso.
Era la música de la mañana.
Era el beso de las buenas noches.
Era un motivo de vida.
Era el verbo felicidad en todos sus tiempos.
Trajiste luz a mi existencia.
Le diste sentido a mi destino.
Forjaste una espada de doble filo.
Por un lado, el cariño,
por el otro, una sonrisa sin corpiño,
que atravesó mi camino
y cambio mi sino.
Hoy el mundo se ha esfumado.
Una triste calamidad
todo lo ha transformado:
sólo me rodean los ecos de tus palabras.
Sin mi alma en mi cuerpo,
me despido con el recuerdo
del brillo de tu voz,
de los colores de tu sonrisa
y de la luz de tú aliento.
Sin haber aprendido la lección
de la ley de la vida,
hoy me toca prescindir
de todo, lo que de ti recibí.
Sin saber cuándo y dónde te veré,
pues hace horas que el hálito perdí.
Guarda mi recuerdo, guarda tu aliento,
pero sobre todo tus palabras
porque fueron mi alimento.
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