UN AÑO MAS
La sencillez de una reina,
es la majestad de tu persona.
Presumes de serena,
porque en tus venas corre sangre griega.
Derrotas a la derrota, con una mirada,
con una mirada tierna y arrebatadora.
Cualquier batalla, la tienes ganada
con un suspiro, con el aliento de tu alma.
Puedes volar, sin que tus delicados pies, se alejen del suelo
y alcanzar el firmamento con las yemas de tus dedos.
Los destellos de tus ojos,
son relámpagos cegadores,
que convierten la incertidumbre
en remansos de suave espuma de mar.
Sólo basta una palabra para que el huracán atisbe
y cual perro dócil, se postre, sin poder, ni fuerza, presa fácil
en tu regazo de reina.
En tus manos guardas la paciencia y la templanza.
Y rodeas con tus brazos la justicia y la clemencia.
De tus labios brotan suaves suspiros
que claman silencio, que claman un respiro.
Son los imperceptibles llamados para ser mimados.
Para ser rozados por sus congéneres velados.
Tu corazón rebosa, de alegría y avidez.
Ocultando tras un velo rasgado,
el deseo infinito del sutil roce de una caricia.
Una caricia que clame sin ambages, ni pudor:
que tienes la piel tan suave como el viento
Que tus labios han superado el sabor de la ambrosia.
Que el tiempo nunca será suficiente para borrarlo.
Que tu tiempo es ahora y no mañana.
Que el ayer fue borrado por el dulce amanecer.
Despierta de tu sutil sueño
Y abraza con avidez el porvenir.
Que con su oculto encanto
Sólo busca hacerte feliz.
Carlos
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